domingo, 28 de diciembre de 2014

La fisioterapia en el tratamiento de heridas producidas por la diabetes

Las heridas de diabetes en el pie, también conocidas como pie diabético, son muy frecuentes, producidas por un estado de disfunción leucocitaria, hiperglucemia mantenida y pérdida de la integridad cutánea asociada a poli neuropatía. Encontramos en la actualidad técnicas de fisioterapia aplicadas con láser para limpiar y curar estas heridas.

Estas heridas provocadas por la diabetes, son diferentes en función de su evolución ya que hay varios tipos y diferentes grados de pérdida sensorial tanto en el pie, como en el dedo gordo, en el tercio distal de la pierna, también se produce una alteración de los reflejos miotaticos y la pérdida de fuerza en los músculos del pie (sobre todo en los pequeños).

Los OBJETIVOS que buscamos al aplicar tratamientos de fisioterapia a estas heridas son varios:
-          Mejorar al máximo la circulación sanguínea en las áreas afectadas evitando edemas.
-          Evitar rigideces y anquilosis articulares
-          Proteger al miembro afectado de todo traumatismo.
-          Prevenir las contracturas y las atrofias musculares. Una vez que se conocen los objetivos, podemos ver la gran utilidad de la fisioterapia para esta patología: que se aplica en función de las capacidades y las necesidades del paciente.

TRATAMIENTO
Tratamiento postural: especialmente en fases agudas; cambios de decúbito aproximadamente cada dos horas. Para prevenir así acortamientos, úlceras y otras complicaciones del encamamiento.
Cinesiterapia: pasiva, activa, suave e indolora, así como estiramientos para impedir retracciones y acortamientos.
Termoterapia: para aliviar dolores musculares y raquídeos, mejorar la circulación y facilitar la elongación de las fibras de colágeno. Hay que tener precaución con determinadas zonas.
Crioterapia: como método para aliviar el dolor.
Masoterapia: roce superficial, de forma suave, rítmica y  paralelos a las fibras musculares. Facilita la reeducación sensitiva (al aumentar el umbral del dolor) y moviliza los líquidos en las áreas edematosas. Aunque presentará algunas contraindicaciones.
Hidroterapia: aprovechando el efecto analgésico del calor y que el efecto de la gravedad se anula.
Electroterapia: infrarrojos, TENS, corrientes galvánicas, galvanización a nivel periférico y corriente galvánica interrumpida para enlentecer la atrofia muscular. Impulsos rectangulares y progresivos. Electro estimulación selectiva neuromuscular , láser de baja potencia…

Para resumir, podemos afirmar que la fisioterapia es útil para el tratamiento de heridas de difícil cicatrización, según se ha demostrado en heridas abiertas un tratamiento rápido con ultrasonidos y demás técnicas  permite disminuir la fase inflamatoria para conseguir que el paciente pueda tener una menor  situación incapacitante. Además del empleo de bioestimuladores que favorecen la producción del colágeno, favoreciendo la vasodilatación y regeneración nerviosa.

BIBLIOGRAFÍA:
http://zl.elsevier.es/es/revista/fisioterapia-146/fisioterapia-diabetes-mellitus-13036091-articulos-2002
http://www.colfisiocv.com/comunicacion/actualidad/74_La_Fisioterapia_es_eficaz_para_tratar_heridas_complejas.html

 http://www.revistareduca.es/index.php/reduca-enfermeria/article/view/84
http://www.axisfisioterapia.es/revista/fisioterapia-ulceras.aspx

domingo, 21 de diciembre de 2014

¿Qué es la bursitis?

¿Qué es la bursitis?
La bursitis es una patología que se produce cuando unas bolsas, llamadas bursas, se inflaman o irritan causando dolor. La bursa se localiza en lugares donde hay puntos de roce, como los músculos, tendones o huesos. La misión de estas es ayudar al movimiento normal de las articulaciones y evitar fricciones entre ellas. 
¿Por qué se produce?
La bursitis puede deberse al uso excesivo de una articulación de manera crónica, de heridas, gota, seudogota, artritis reumatoide o infecciones, pero con frecuencia, se desconoce la causa.  La bursitis se manifiesta, sobre todo, en los hombros, rodillas, caderas, pelvis, codos, dedos de los pies y talones, es decir, aquellas zonas donde el movimiento articular es más repetitivo diariamente.
TIPOS: 
Existen dos tipos:

  • Bursitis aguda: se detecta cuando la articulación afectada adquiere un color rojizo y  al tacto tiene una temperatura superior al resto del cuerpo. Es dolorosa y suele ser causa de una infección o gota.
  • Bursitis crónica: Resultado de haber sufrido con antelación una bursitis aguda. Otra de sus causas es que el paciente haya tenido en una de estas articulaciones lesiones en varias ocasiones. Si el motivo es este último la bursitis se manifiesta con hinchazón y dolor y disminuye el movimiento habitual, provocando una atrofia muscular y debilidad motora. Este tipo de bursitis puede durar unos días o extenderse durante semanas, y normalmente es reincidente.
SÍNTOMAS:
Esta patología e caracteriza por dolor e incapacidad para llevar a cabo ciertos ejercicios o movimientos usuales en la vida diaria. Pero los síntomas dependen de la zona del afectada. En todo caso hay una limitación del movimiento y un dolor que difiere si afecta a un hombro o a los dedos de los pies, por ejemplo. Puede aparecer de manera repentina o con un proceso de menos a más dolor, que el paciente lo nota por el movimiento y el tacto, pues la piel que rodea a la bursa está más sensible. Otro síntoma puede ser la fiebre


TRATAMIENTO:

En la mayoría de los casos la bursitis desaparece sin ningún tratamiento específico. Si se trata de una bursitis aguda no infectada hay que evitar sobreesfuerzos, aplicar a la zona afectada calor o frío y tablillas.  Además, para mejorar los movimientos es necesario realizar ejercicios en la zona afectada, y en último extremo, recurrir a la cirugía. El tratamiento de la bursitis crónica sin infección es similar al de la bursitis aguda, pero el reposo no suele tener efecto. En este caso hay que recurrir a métodos más agresivos como al fisioterapia intensiva o inyecciones de corticosteroides. Si la bursa está infectada es necesario extraer el líquido acumulado, acompañado de unos antibióticos adecuados.
Bibliografía:
http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/000419.htm
http://www.dmedicina.com/enfermedades/musculos-y-huesos/bursitis
http://www.niams.nih.gov/Portal_en_espanol/Informacion_de_salud/Bursitis/

lunes, 15 de diciembre de 2014

Electrólisis Percutánea Intratisular

La Electrólisis Percutánea Intratisular (EPI®) es una técnica de fisioterapia invasiva que consiste en la aplicación ecoguiada de una corriente galvánica a través de una aguja de acupuntura que produce un proceso inflamatorio de carácter local permitiendo la fagocitosis y la reparación del tejido blando afectado (tendón, ligamento, músculo...). La corriente eléctrica galvánica y el propio estímulo mecánico de la aguja constituyen agentes físicos propios del campo terapéutico de la fisioterapia.
Es una técnica creada por José Manuel Sánchez Ibáñez, doctor en fisioterapia especialista en Rehabilitación y Recuperación Deportiva.

¿Qué beneficios aporta respecto a otros tratamientos?
-        Es un tratamiento local en el lugar de la lesión, con la ayuda de la ecografía se aplica de forma directa sobre el tejido alterado y/o degenerado.
-        Logra reparar el tejido afectado, la EPI® es capaz de poner en marcha un nuevo proceso de proliferación del tejido colágeno que está desestructurado en estos procesos.
-        Las modificaciones en la estructura y en el comportamiento mecanobiológico del tejido blando son inmediatas y en tiempo real.
-        La efectividad es alta (en torno al 80%) respecto a los tratamientos convencionales de fisioterapia o médicos.
-        La frecuencia de recaídas es baja.

Con la EPI® se tratan un número importante de lesiones del sistema neuromusculoesquelético, como son:
-      Tendinopatías crónicas.
-       Fascitis plantares.
-      Roturas musculares agudas y crónicas (fibrosis).
-      Puntos Gatillos Miofasciales.
-      Esguince de ligamento lateral interno de rodilla.
-      Esguince crónico de tobillo.
-      Periostitis tibial.
-      Síndrome del túnel del carpo y del tarso.
-      Impingement de tobillo y de cadera.




La EPI® se aplica de forma ecoguiada por fisioterapeutas expertos en la técnica, como ya hemos dicho antes el tratamiento se efectúa sobre la zona afectada.


¿Cómo es la aplicación?
-     Aplicación local y segura; directamente a la zona de lesión y sin riesgos gracias a la ecografía y porque solo la aplican fisioterapeutas expertos.
-       Técnica personalizada a las necesidades de cada paciente.
-       Avalado científicamente; buenos resultados que respaldan dicha técnica.


En el video se puede observar una aplicación de EPI en el tendón de Aquiles:





Fuentes

sábado, 13 de diciembre de 2014

EL SÍNDROME DE LOS ISQUIOTIBIALES CORTOS

Los músculos isquiotibiales  son un grupo muscular formado por  3 músculos, que son el semitendinoso, semimembranoso y la porción larga del bíceps femoral, cuyos tendones se insertan en la zona proximal de la tuberosidad isquiática de la pelvis.

Tienen acciones combinadas ya que son flexores de la rodilla y extensores de la cadera. El síndrome de acortamiento de isquiotibiales se caracteriza por la disminución de la elasticidad de la musculatura localizada en la parte posterior del muslo.



¿Cómo podemos saber si tenemos este síndrome?
Si sufrimos este síndrome, el paciente afectado tendrá calambres, pinchazos, dolor… Si vemos que lo padecemos debemos recurrir a un especialista, pero para poder comprobar este hecho con certeza, aquí voy a poner unos test muy fáciles de hacer en casa para poder comprobarlo:

-bajar a ver si tocamos la punta de nuestros dedos de los pies con las manos, sin flexionar las rodillas claramente, si nos quedan más de 5 centímetros para conseguirlo, padecemos este síndrome.

Y el último es tumbados en el suelo, estirados, elevamos la pierna (también sin flexionar la rodilla)y si no superamos los 60 grados tenemos los isquiotibiales cortos.


 Repercusiones que vienen dadas por el acortamiento:
El acortamiento de isquiotibiales produce una disminución en la amplitud de la vascularización de la pelvis en flexión además de numerosos problemas a nivel lumbar: entre ellos cabe destacar:

-La hipercifosis dorsal

-Hernias discales

-Patología femoropatelar.


Prevención:
La mejor forma de prevenir este síndrome sería estirar después de correr, tenemos que tener en cuenta también que es muy peligroso estirar en frío y  es mejor por tanto calentar un poco, estirar y correr.


Estiramientos:
Para el grupo muscular se recomienda:
El paciente tumbado en el suelo, con la columna pegada a este, cogemos una cinta y nos la ponemos en la suela del pie. Acto seguido con ayuda de nuestros brazos elevamos la cinta y con ella nuestra pierna (siempre con esta extendida), mantenemos la posición y después la llevamos hacia el lado derecho e izquierdo.


Encontramos también ejercicios de estiramiento específicos para cada musculo que forman el grupo de los isquiotibiales:

SEMITENDINOSO:  Una flexión de pies sobre unos libros o un step
Otro de ellos seria sentarnos con las piernas estiradas y tratar de tocarnos la punta de los pies sin flexionar las rodillas, si no podemos nos podríamos ayudar de una toalla o cinta para acercar nuestros dedos de los pies.




SEMIMEMBRANOSO: El estiramiento para este músculo sería de pie, vamos abriendo nuestras piernas hasta que no podamos, y entonces flexionamos el tronco hacia delante y apoyamos las manos sobre una mesa, libro…etc.( si cuesta se puede hacer doblando las rodillas).




BICEPS FEMORAL: Separamos nuestros pies, y entonces inclinamos nuestro costado hacia un lado y mantenemos y después hacia el otro.( sabremos si está bien hecho cuando notemos cierta tensión).


El síndrome de los isquiotibiales cortos, puede ocasionarte problemas patológicos como se ha dicho anteriormente , por tanto no debe ser tomado a la ligera y se debe acudir a un profesional  y ser constante en los ejercicios para estirarlos.

Bibliografía:
http://www.foroatletismo.com/ejercicios/acortamiento-de-isquiotibiales-rutina-para-mantenerlos-flexibles/
http://tulesion.com/publicacioneslesion_de_isquiotibiales_detecta_si_tienes_el_sindrome_de_los_isquiotibiales_cortos.3php
http://es.scribd.com/doc/190289040/Sindrome-de-Isquiotibiales-Cortos#force_seo
http://cetecma.typepad.com/cetecma/2009/12/s%C3%ADndrome-de-isquiotibiales-cortos.html
http://www.doctorlopezcapape.com/traumatologia-deportiva-tendones-isquiotibiales.php
http://www.fisioterapialaser.com/tratamientos-fisioterapeuticos/reumatologia/sindrome-de-acortamiento-de-isquiotibiales/

jueves, 11 de diciembre de 2014

FISIOTERAPIA VETERINARIA

La fisioterapia en animales es relativamente moderna. Se ocupa de la promoción, el mantenimiento y mejora de la salud de los animales, cualquier mamífero e incluso algunas aves pueden recibir tratamiento fisioterapéutico. Se utiliza sobre todo en animales que se dedican a una actividad física intensa y como complemento a un tratamiento veterinario en diversas patologías.

En animales se utilizan las mismas técnicas que en la fisioterapia humana, son métodos no invasivos para reducir dolor, mejorar la movilidad, tratar lesiones musculotendinosas y rehabilitar problemas ortopédicos y neurológicos.

Los animales más comunes a la hora de recibir tratamiento fisioterápico son los caballos y los perros, que se pueden dividir en dos grupos según si cumplen una función específica: caballos o perros de deporte, guía de personas invidentes, perros policía, perros de rescate… o los que cumplen una función puramente de compañía o son montados por puro placer.

Existen en la actualidad diversas terapias aplicadas en la recuperación de estas patologías (termoterapia y crioterapia, electroestimulación, modalidades de calor profundo como ultrasonidos y microondas) aunque en los últimos tiempos está en alza el uso de la HIDROTERAPIA puesto que puede ser incluida en el plan de rehabilitación de casi todas las patologías más frecuentes en estos animales.


                                                        Tratamiento manual y propioceptivo:
                                                                      Otros tratamientos:                   
 


Casos clínicos. RESULTADOS:


Los perros de carreras o galgos, en los países anglosajones reciben múltiples y costosos cuidados. En el tratamiento veterinario de los perros y gatos de compañía es cada vez más frecuente en los países desarrollados, contando con la participación de un fisioterapeuta en el equipo médico. La fisioterapia se ocupa de los cuidados pre y postquirúrigicos, y del tratamiento rehabilitador en patologías traumatológicas o neurológicas. Se están desarrollando en Gran Bretaña programas específicos de perros o caballos ancianos, y en Estados Unidos protocolos de estudio y pautas de tratamiento de patologías reumatológicas.

Los caballos de deporte han sido los principales motores de la evolución de la fisioterapia veterinaria en todo el mundo. Es lógico, pues los caballos de carrera o competidores en distintas modalidades mueven mucha cantidad de dinero. De ahí el interés de los propietarios por el cuidado de la salud y la rápida recuperación de éstos después de las lesiones.
En la actualidad, ya en muchos países, los pequeños animales reciben tanto o más tratamientos que los caballos; empiezan a presentarse más trabajos científicos y comunicaciones en congresos, y cada vez hay más fisioterapeutas, e incluso centros de fisioterapia que dan tratamiento en exclusiva a los pequeños animales. Es el campo de mayor crecimiento dentro de la fisioterapia veterinaria.
Hasta el momento no existe una definición amplia y consensuada de fisioterapia veterinaria. Debido al estado primitivo de la profesión, las definiciones, atribuciones y funciones del fisioterapeuta son más limitadas y únicamente se basan en los tratamientos.
Según la AVMA (American Veterinary Medical Association), el fisioterapeuta veterinario debe actuar siempre bajo la supervisión veterinaria, cosa que restringe de forma importante nuestro campo de actuación y nuestras posibilidades de desarrollo. Faltaría en fisioterapia veterinaria definir más concretamente cuáles son las atribuciones y obligaciones del fisioterapeuta y qué tipos de tratamientos o servicios está facultado para realizar o preescribir, así como que tipo de exploraciones o evaluaciones debe llevar a cabo.
La fisioterapia es una profesión en constante expansión, dentro de la medicina veterinaria se ha abierto un campo nuevo para la fisioterapia prácticamente virgen. Los fisioterapeutas que nos queramos dedicar a tratar animales debemos formarnos de manera adecuada. Los conocimientos que debe adquirir un fisioterapeuta que desee tratar con animales son: anatomía, biomecánica, fisiopatología, principios de etología y observación, exploración física y diagnóstico de los animales. Si decide tratar con caballos de concurso deberá además conocer bien el mundo de la competición, los sistemas de entrenamiento, la medicina deportiva, exigencias y particularidades de este deporte. La mayor parte de las técnicas de fisioterapia pueden ser utilizadas, con ligeras modificaciones, en animales. Los principios y las técnicas de fisioterapia debemos adaptarlas siempre a la realidad de los pacientes que tratemos; lo importante en una actividad terapéutica no es la técnica en si, sino el beneficio producido al paciente que la recibe, sea animal o humano.






FUENTES:

jueves, 4 de diciembre de 2014

La Tortícolis

¿Qué es la tortícolis? 

La tortícolis es una contracción muscular prolongada en la región del cuello, en el cual la cabeza apunta hacia un lado , mientras el mentón está volteado hacia el otro. Provoca dolor e incapacidad de movimiento. Puede desarrollarse a cualquier edad.





Causas:

Las causas pueden ser hereditarias o adquiridas:
  •    Hereditarias: Influencia genética
  •    Adquirida: Lesión muscular por una mala postura o movimiento brusco.El    estrés y la fatiga son dos alicientes para la aparición de tortícolis.

Si la causa es desconocida , se denomina tortícolis idiopática.
Tipos:
  •  Tortícolis: causada por movimientos bruscos del cuello o malas posturas.
  • ·Tortícolis idiopática: si la causa es desconocida
  •  Tortícolis congénita: está presente al nacer, esto ocurre si la cabeza del  feto se encontraba en una posición incorrecta mientras crecía en el útero ,  si hay una lesión en los músculos o si  hay problemas en el riego  sanguíneo del cuello del feto
  •  Tortícolis espasmódica psicógena: se reconoce por crisis espasmódicas del  cuello acompañadas de dolores. Su aparición puede deberse al estrés o la  fatiga.  
Síntomas:

  •           Dolor cervical
  •           Movimiento limitado en la zona del cuello
  •           Dolor de cabeza
  •           Hombro más elevado en un lado del cuerpo
  •           Postura anormal de la cabeza
  •           Hinchazón o rigidez de los músculos del cuello





Tratamiento:
La tortícolis congénita se puede tratar estirando el músculo del cuello acortado del bebé , mediante estiramientos y posicionamientos pasivos. Suelen ser eficaces si se inician entre los 0 y 3 meses de edad.
Sin embargo , por lo general, la torticolis se puede tratar de las siguientes formas:


  • Aplicando calor, traccionando de la columna cervical y masajeando la zona afectada.
  • Realizando ejercicios de estiramiento muscular en la región del cuello
  • La utilización de collarín puede ayudar a disminuir los espasmos
  • Ingesta de medicamentos como relajantes musculares , antiinflamatorios…
Bibliografía: 

http://www.dmedicina.com/enfermedades/musculos-y-huesos/torticolis
http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/000749.htm
http://salud.practicopedia.lainformacion.com/bienestar/como-actuar-si-tienes-torticolis-14210
http://salud.doctissimo.es/enciclopedia-medica/enfermedades-musculares-y-esqueleticas/torticolis-0.html

lunes, 1 de diciembre de 2014

Fascitis plantar

¿Qué es?
Para saber en qué consiste la fascitis plantar primero debemos conocer cuál es la estructura implicada en este trastorno. En la planta del pie existe una banda gruesa de tejido denominada fascia plantar, que se extiende desde el talón (tuberosidad del calcáneo medial) hasta las falanges proximales de los dedos de los pies. La función de esta banda es la de tensar la base del pie manteniendo la curvatura plantar, y amortiguar el impacto derivado del acto del desplazamiento sobre la planta del pie.

La fascitis plantar es la inflamación de la fascia plantar debida, por lo general, a un exceso de uso (muy común en los deportistas), un estiramiento de la misma, o la presencia de ciertos factores predisponentes. Estas situaciones suelen generar en el tejido una serie de micro traumatismos que el organismo no tiene tiempo de reparar, de modo que terminan por producir su degeneración.

La mayoría de los casos de fascitis plantar se presentan en individuos varones activos de entre 40 y 70 años, se trata también de un problema muy habitual entre los corredores.


Causas
Hasta hace poco se pensaba que este problema se encontraba asociado únicamente a la presencia de un espolón en el talón, y aunque es cierto que esta es una de las causas de la fascitis plantar, no es la única. El espolón es una protuberancia ósea formada en un lado de la curvatura ascendente del hueso calcáneo, la presencia de esta estructura causa la inflamación de los tejidos adyacentes, entre ellos la fascia, lo que produce dolor y dificulta el desplazamiento.

A parte de por la presencia de un espolón, la fascitis plantar se produce habitualmente por una sobrecarga gradual y progresiva de la fascia plantar, y los factores que predisponen a su aparición son:
-          Exceso de carga en el pie causada por correr largas distancias, especialmente en terrenos desfavorables con pendientes pronunciadas o superficies desiguales.
-          El empleo de un calzado inadecuado, con la suela demasiado blanda o una sujeción deficiente del arco plantar o del talón.
-          Pies planos o excesivamente arqueados.
-          Exceso de peso.
-          Presencia de un tendón de Aquiles tenso.
-          Debilidad del músculo sóleo, ya que este músculo es el encargado de la flexión de la planta del pie, de modo que si se encuentra alterado el paciente tratará de corregir la falta modificando su paso y provocando así una lesión.
-          Edad; a medida que envejecemos la fascia plantar va perdiendo elasticidad, a esto se suma que la musculatura que participa en el movimiento del pie también va perdiendo su fuerza, y su capacidad de regeneración disminuye. Además, la capa de grasa presente en el talón, y que amortigua gran parte del impacto recibido por el pie, también disminuye, favoreciendo así la aparición de lesiones en la fascia.


Síntomas
El síntoma clásico de la facitis plantar es el dolor, a veces incapacitante, ya sea en la planta del pie o en el talón. Este suele presentarse desde primera hora de la mañana, cuando el paciente está recién levantado, y va cediendo a lo largo del día, mejorando con el descanso. Si se produce una marcha prologada el dolor suele empeorar, aunque también es posible notarlo simplemente estando de pie o incluso en reposo.
En ocasiones el dolor de una fascitis plantar puede acabar alcanzando el tobillo o incluso los dedos de los pies.


Diagnóstico
El examen físico y el diagnóstico en general para este trastorno son bastante sencillos, el facultativo buscará evidencias de hinchazón, enrojecimiento de la zona y sensibilidad a la presión en el talón. A veces se puede realizar también un estudio de la marcha informatizado.
En algunas ocasiones, si el dolor es muy intenso, pueden tomarse radiografías o ecografías para descartar otro tipo de lesión, pero por lo general no suele recurrirse a este tipo de técnicas.
No obstante, el diagnóstico adecuado de la fascitis plantar es fundamental para poder instaurar un tratamiento adecuado al pie del paciente con el fin de que su dolencia desaparezca.


Tratamiento
El tratamiento para la fascitis plantar es simple y por lo general bastante efectivo, aunque suele tardar varios meses en resolverse, por lo que se debe mantener el tratamiento hasta la remisión del dolor (al menos durante tres meses). Las dos medidas principales son la administración de antiinflamatorios y la recomendación de ejercicios de estiramiento para el talón, como alguno de los siguientes:


-          Estiramiento en una escalera; se apoyan los pies en el mismo escalón y se presiona con los talones hacia abajo. 
-        -  Peso sobre una sola pierna; asegurándose un punto de apoyo estable, se adopta la típica posición de “pata coja” sobre el pie lesionado. A continuación se levanta progresivamente la parte trasera del pie hasta dejar todo el peso del cuerpo sostenido en los dedos. La bajada se realizará lentamente, asegurándonos de no sobrecargar el empeine.

-        -  Estiramiento de la pantorrilla; frente a una pared, apoyamos las manos y mantenemos una pierna delante y otra detrás. La pierna delantera debe quedar ligeramente flexionada, mientras que la trasera debe estar estirada y con la mayor parte de la planta del pie en contacto con el suelo. En esta posición se echa el cuerpo hacia delante hasta notar tirantez. 

--          Estiramiento con toalla; sentado en el suelo con las piernas estiradas, el tronco erguido y los pies rectos (con  los dedos hacia el techo), pasamos una toalla doblada (a modo de cinta) por detrás, a una altura justo por     debajo de los dedos. En esta posición y tomando los extremos de la toalla con las manos,  se tira de ella hacia el propio cuerpo                                                                                                                                          

-          Ejercicio con frío; tomar por ejemplo un refresco en lata del congelador y hacerlo rodar hacia adelante y hacia atrás con el pie desnudo, además de estirar el pie, aplicar frío a la zona lesionada ayuda a disminuir el dolor. Este es un buen ejercicio para realizar después de caminar.




Además de esto, existen otras medidas que también pueden realizarse en casa como reposar lo máximo posible para evitar esfuerzos extras al pie y emplear calzado adecuado, con una buena sujeción y amortiguación, un zapato con el talón ligeramente elevado reduce la tensión sobre la fascia.
Si estos métodos no funcionan, y el dolor persiste, se recurrirá a otros tratamientos para la fascitis plantar:

-          Almohadillas y vendajes; las primeras se emplean con el objetivo de amortiguar el impacto al caminar, los vendajes sin en cambio sujetan el pie asegurando que se pisa correctamente y que no se realiza ningún movimiento repetitivo que agrave la lesión (para proteger la zona lesionada, al caminar se tiende a pisar de distinta forma, apoyando el peso en otras zonas que finalmente también resultan perjudicadas).

-          Dispositivos ortopédicos; estos se colocan en el interior del calzado para corregir anomalías estructurales (como los pies planos).

-          Férula nocturna; se emplea para estirar la fascia durante un número de horas significativo, permitiéndola sanar, pero no condiciona la actividad diaria del paciente.

-          Cirugía; en los casos más graves, puede ser necesario recurrir a la cirugía. Este procedimiento se requiere en muy pocas ocasiones, y consiste simplemente en desprender la fascia del talón.


Prevención
-            Evita el sobrepeso y la obesidad, ya que los kilos de más someten a la fascia plantar a un esfuerzo adicional.
-          Usa siempre un calzado adecuado, especialmente para caminar y hacer ejercicio. Si es posible cambia tus zapatillas de correr con frecuencia, y utiliza una plantilla de corrección si es preciso.
-          Evita permanecer mucho tiempo de pie o caminar descalzo, así como el calzado sin sujeción.
-          Al practicar ejercicio, alterna las caminatas con otras actividades que no tienen impacto sobre la fascia, como nadar y montar en bicicleta.
-          Cuando camines o corras, procura que sea sobre superficies lisas y llanas, cambiando el asfalto por terrenos más blandos y menos lesivos para la fascia.
-          Utiliza algún tipo de vendaje o sujeción que amortigüe mejor tu pisada.
-          Haz ejercicios de estiramiento del tríceps sural regularmente.
-          Existen algunos masajes y terapias que no solo alivian el dolor de la factitis sino que la previenen.


Fuente: Web consultas, tu centro médico online.